Ágora 2.0

Blog del alumnado de Filosofia de la Universidad de Zaragoza

Contextualizar a un autor.

Posted by forseti4y9 en 27 abril 2009

Contextualizar a un autor en su tiempo es algo que me parece importante. Sirva un extracto de lo que dice Hadot en su “Introduction aux Pensées de Marc Aurèle” para ilustrar esto.
Es en este sentido en el que el otro día pensé que criticar a Hobbes desde un pensamiento contemporáneo feminista me parece un poco traído por los pelos, una puñalada trapera al filósofo inglés del XVI-XVII.
Así, en la página 10, Hadot, viene a decir (traducción propia de servidor):
En fin, el lector moderno podrá imaginar (y todos podemos caer en este error) que el autor antiguo vive en el mismo mundo intelectual que él. Tratará las afirmaciones de este exactamente como si estas fueran las de un autor contemporáneo. Así, creerá comprender inmediatamente lo que ha querido decir el autor, pero de hecho esto lo será de manera anacrónica, y normalmente correrá el riesgo de cometer grandes contrasentidos. Es verdad que está bien visto hoy en día afirmar que, de todas maneras, somos incapaces de saber exactamente que es lo que ha querido decir el autor, y que esto en todo caso no tiene ninguna importancia, porque podemos darle a las obras el sentido que queramos darles. Por mi parte, sin entrar en esta polémica, diría que antes de descubrir el sentido “no querido”, me parece posible y necesario descubrir el sentido “querido” por el autor. Es absolutamente indispensable tender hacia la reconstitución de un sentido de base, al cual se podrá referir a continuación, para descifrar, si se quiere, los sentidos de los que el autor no ha sido consciente. Pero es cierto que esta reconstitución nos es muy difícil, porque proyectamos sobre el pasado las actitudes e intenciones que son propias de nuestra época. Para comprender las obras antiguas, hay que colocarlas en su contexto, en el sentido más amplio del término, que puede significar tanto la situación material, social y política como el universo de pensamiento, retórico y filosófico. Es necesario sobre recordar que los mecanismos de la composición literaria eran entonces muy diferentes de lo que lo son actualmente. En la Antigüedad, las reglas del discurso estaban rigurosamente codificadas: para decir lo que se quería decir, un autor debía decirlo de una cierta manera, según los modelos tradicionales, según las reglas prefijadas por la retórica o la filosofía. Los “Pensées” de Marco Aurelio, por ejemplo, no son la efusión espontánea de un alma que querría expresar inmediatamente su sentimientos, sino que son un ejercicio cumplimentado según reglas definidas; suponen un lienzo preexistente sobre el que el emperador filósofo no puede más que trabajar. A menudo, dice ciertas cosas sólo porque “hay que” decirlas, según los modelos y preceptos que se le imponen. No se podrá por tanto comprender el significado de esta obra más que cuando se hayan descubierto, entre otros, los esquemas prefabricados que se le han impuesto.

4 respuestas to “Contextualizar a un autor.”

  1. Juan Ferrés (Administrador) said

    Lo que dice Hadot me parece sólo en parte válido. Desde luego comprender bien lo que un autor significa en el contexto, reglas académicas y culturales de su tiempo es necesario para el buen análisis de un texto. Sin embargo mi pensamiento se acerca más a aquel de Hans Cornelius, Habermas y Benjamin.

    Cornelius habla de honrar a Hannah Arenth criticándola y comprobando la validez y vigencia de sus razonamientos. En la misma linea, Habermas nos da un ejemplo de honrar a Herbert Marcuse con un anti-homenaje en su 70 cumpleaños. Es decir, la fuerza de un razonamiento no se explicita justificándolo en un contexto, sino sacándolo fuera de él, y enfrentándolo a la más dura crítica. De este fuego en que lo bañemos, si arde en él, se lo valorará en su justa medida; si se prueba correcto, emergerá refulgente.

    El que Sócrates viviera bajo unas categorías que oscurecían su juicio al no dejarle percibir los esclavos como seres humanos iguales que él, no debe utilizarse para justificar lagunas en sus razonamientos, haciéndolos pasar por algo más válido de lo que en realidad son. De la misma forma, que en el contexto de Hobbes la mujer no figurara, y que la forma en que se pensaba en ella fuera más bien la de un bello animal, no debe utilizarse para justificar lagunas en sus razonamientos, haciéndolos pasar por algo más válido de lo que en realidad son.

    Muchas veces nos acercamos a la lectura de estos genios, y olvidamos que eran limitados como todos los seres humanos. Reconozcamos y celebremos sus victorias, en el caso de Hobbes, una eminente es -como dijo Jesús Ezquerra ayer- la de mostrarnos la verdadera cara del Estado, la violencia en la que sustenta, esa violencia que no se ve. Pero critiquemos despues sus vicios y defectos. Xq de este modo estaremos definiendo la obra de Hobbes tanto positiva como negativamente y en su choque encontrar nuevas lecturas y significados antes ocultos.

    A Benjamin lo mencionaba por su propuesta de encontrar nuevos significados ocultos en el pasado. Benjamin era consciente de que con el paso del tiempo, ese mar de significados del que bebemos, cambia y los viejos se olvidan. Él propone no sólo rescatarlos, sino a partir de esos viejos significados que en nuestro ejercicio desenterramos, crear otros nuevos para nuestro tiempo y el porvenir. Efectivamente, cuando yo tomo un libro de un filósofo, no lo valoro simplemente por lo acertado de sus razonamientos, sino por el potencial que encierra para crear otros nuevos en mí. No me interesa quedarme encerrado en el contexto de Hobbes, y hacer una valoración histórica de lo que dijo.

    Si su incapacidad para incluir a las mujeres en DeCive, puede servir para que nuestro tiempo se beneficie, si su error puede prevenir el nuestro, si la sencillez con que se puede atacarlo desde una crítica feminista, permite difundir las necesarias intenciones del feminismo, entonces sea bienvenida esta crítica.

  2. Arman García (Administrador) said

    he estado rumiando este texto de Hadot y no me convence su aplicación en el caso del seminario. De entrada Hadot se refiere a la distancia hermenéutica entre un lector moderno y un escritor de la Antigüedad. No obstante, tanto Hobbes como nosotros, sus lectores actuales, nos hallamos inmersos en la Modernidad, en un mismo paradigma. De algún modo, la distancia entre nosotros y Hobbes de ningún modo es tan abismal como entre nosotros y Marco Aurelio.

    Por otro lado, dice Hadot que «No se podrá por tanto comprender el significado de esta obra más que cuando se hayan descubierto entre otros, los esquemas prefabricados que se le han impuesto.« Y es precisamente ese el sentido en el que podemos, y debemos, recurrir al pensamiento feminista para ver los angulos muertos y silencios inherentes del discurso político de Hobbes. No para desmontar el discurso de Hobbes sino para comprender mejor los mecanismos ocultos de su funcionamiento; para poder abstraernos de la potencia de su pensamiento y sobre todo, para poder poner a prueba esa potencia.

    Y al respecto de esto último, me ha encantado la referencia que hace Juan al proceder anti-homenajetivo de Habermas: «la fuerza de un razonamiento no se explicita justificándolo en un contexto, sino sacándolo fuera de él, y enfrentándolo a la más dura crítica. De este fuego en que lo bañemos, si arde en él, se lo valorará en su justa medida; si se prueba correcto, emergerá refulgente.«

    Por lo demás, celebro tu intervención Guillermo, pues a pesar de no estar de acuerdo con Hadot, me ha hecho reconsiderar mi recurrente instrumentalización del pensamiento feminista, y me disculpo por haber tardado tanto en responder tu post. (Estaba muy ocupado apuñalando a Hobbes por la espalda durante el seminario jejeje:)

    Salud.

    • Guillermo said

      Bueno, comprendo que es tentador releer cualquier obra desde nuestro gusto, yo también lo hago, pero creo que con esta idea lo que Hadot quiere decir es que no le hagamos decir a un autor de otro siglo lo que de ninguna manera podía decir en ese siglo (bien es cierto que la distancia entre Marco Aurelio y nosotros es mayor que la tenemos con Hobbes, pero creo que la idea puede servir igualmente); dicho de otro modo: no le reprochemos a Hobbes decir o no decir cosas que no «quería» decir. Esto es, que lo primero es entender que «quería» decir el autor. A partir de ahí, bienvenidos sean vuestros/nuestros comentarios críticos a Hobbes, sean desde un punto de vista feminista u otro. Pero lógicamente para llegar a Wittig hay que pasar por Beauvoir, para saber qué quería decir Wittig, y a partir de ahí criticarla, o no. Pillar a Thomas y darle cera con Buttler puede ser legítimo, pero Thomas nada sabía de Judith cuando escribió De Cive. Yo no defiendo al inglés, que no me complace, pero preferiría buscar sus propias contradicciones antes que echarle en cara sus olvidos feministas. Por otro lado, que no trata de la mujer más que como un animal bello es cosa con la que por cierto no estoy de acuerdo… como ya dije en clase al hilo del tema de las amazonas etc. En todo caso, mi opinión es susceptible de variar según me convenga, advierto, pues la coherencia es tanto una virtud como a veces un obstáculo a la evolución del pensamiento. À +

      • Arman García (Administrador) said

        ok man; pillo tu enfoque.
        Por lo demás, no sé que pensaréis vosotros, pero creo que que lo que ha quedado claro después del seminario es que el pensamiento de Hobbes funciona a saco tanto dentro como fuera de su contexto. Tanto si buscamos sus propias contradicciones como si lo pensamos a través de la filosofía actual, su apuesta por el miedo sigue en píe. Igualdad, Libertad… Enemistad. Y aquí es donde habría que pasar a tu post de Seguridad Vs Libertad.

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